Desde
hace ya unos años no nos extraña oir hablar de Prevención de Riesgos Laborales PRL; la normativización del cuidado del empleado
por parte del empresario; obligar al empresario a poner en valor la
salud de su empleado para preservar la productividad y rentabilidad
de la empresa.
Se
empezó por evaluar los riesgos existentes en el puesto de trabajo,
por las revisiones médicas; se siguió por establecer protocolos de
prevención para minimizar los riesgos que se habían detectado en las
evaluaciones de puesto, y así poco a poco implantando métodos
preventivos hasta hoy, donde ya se da por sabido e implantado todo lo
anterior y ahora se hace mucho hincapié en los riesgos psicosociales
del puesto aunque sin dejar de evaluar cada año todo el entorno y el
cumplimiento de todas las medidas implementadas; porque esta claro
que si se dejara de vigilar el cumplimiento de la LPRL en poco tiempo
se irían relajando los controles y el cumplimento de estándares,
porque la gran mayoría del empresariado no ha dejado de ver esta ley
como un coste añadido al coste de personal, manifestando así una
involución alarmante con respecto al comportamiento de nuestros
bisabuelos y tatarabuelos.
No
debemos olvidar que nuestra sociedad tiene una raíz marcadamente
agricola, y nuestros antepasados gestionaban la agricultura como la
empresa que era, y como buenos empresarios priorizaban la
productividad.
En esa cultura agricola los animales no eran mascotas, eran herramientas de trabajo, colaboradores, fuerza productiva...
Y
contando con esto, eran cuidados como tales, el perro era el ayudante
de pastor, por tanto estaba bien adiestrado y bien alimentado, ya que
su función era conducir a la manada, recoger al rebaño, etc.,
siempre imponiendo su autoridad, però sin dañarlos, ya que eso
provocaria mermas en el agricultor. Por tanto se dedicaba tiempo y
esfuerzo en adiestrar a este perro que serà el lider, autoritario
però benevolente. Dirigirá a este rebaño de ovejas o de vacas, o
cabras; los recogera para guiarlos a los establos, para moverlos de
un pasto a otro, sin estresarlos, sin dañar ningún animal ya que
una vaca estresada no da la leche que deberia, una oveja con una
herida se puede infectar y provocarle un aborto, perdiendo la
producción de este trimestre, ya que el objetivo de la vaca es
producir leche, la oveja criar corderos, la cabra leche, y así
sucesivamente; para que este rebaño sea productivo y rentable tiene
que estar en muy buenas condiciones físicas y esto lo controlaban al
milimetro aquellos empresarios agricolas que fueron nuestros
antepasados.
Los
caballos, yeguas o mulas eran las máquinas de labor, araban,
trillaban, cargaban, eran la fuerza motriz de aquellas explotaciones,
por tanto se tenian los necesarios para el tamaño de la explotación
y estaban cuidados con esmero, ante cualquier sintoma se avisaba al
veterinario.
Todos
tenían claro que la salud de su empresa dependía de todos sus
colaboradores, no necesitaban una Ley de Prevención de Riesgos
Laborales para cuidar de la salud y el bienestar de su equipo, se
hacia porque si, no era un coste laboral, era la supervivencia de la empresa misma.
Entonces,
¿por qué ahora no se puede ver el cuidado y el bienestar de
los colaboradores, del equipo humano como una inversión en la salud
de la empresa y se necesita una ley para obligar, y unas inspecciones
periodicas para que se cumpla?
¿Dónde
esta la evolución de nuestra sociedad?
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